
Desde los orígenes de la humanidad, los pagos han sido el motor del comercio y la forma en que las personas hemos intercambiado valor. La historia de los métodos de pago es también la historia de nuestra evolución: cómo pasamos de acuerdos simples entre vecinos a transacciones digitales. Hoy, este viaje nos lleva hasta Frekuent, la solución que convierte cada compra en una oportunidad de ahorrar.
¿Pero, cómo empezó todo?
Hace miles de años, el trueque era la forma más común de comercio. Si tenías trigo y necesitabas lana, solo tenías que encontrar a alguien dispuesto a intercambiar. Aunque sencillo, pronto mostró sus limitaciones: ¿qué pasaba si nadie quería lo que ofrecías? Esa dificultad llevó a buscar alternativas más universales.
Entonces surgió el dinero mercancía, una etapa en la que productos útiles y valiosos empezaron a funcionar como medio de intercambio, como las especias, los granos de cacao o la sal. De hecho, fue en torno a este mineral donde nació la palabra “salario”. En la Antigua Roma, los soldados recibían parte de su paga en sal, un bien escaso y fundamental.
Lo curioso es que el dinero mercancía no era universal: en cada región se utilizaba lo que más valor tenía para la comunidad. Conchas, té, ganado o metales preciosos eran aceptados en distintos lugares del mundo. Sin embargo, este sistema pronto mostró sus límites: transportar sacos de sal o cacao resultaba poco práctico y, sobre todo, difícil de estandarizar.
El nacimiento de las monedas
El cambio definitivo llegó alrededor del 600 a.C., cuando en Lidia, la actual Turquía, se acuñaron las primeras monedas. Por primera vez, un objeto pequeño, portátil y oficial representaba valor respaldado por un gobierno. Gracias a ellas, el comercio se expandió y las economías se desarrollaron más rápido que nunca.
Siglos después, China volvió a revolucionar la historia con el papel moneda en el siglo VII. Ya no era necesario cargar oro o plata para comprar. Más adelante, los cheques añadieron seguridad y comodidad para mover grandes cantidades sin efectivo. Así nació la banca moderna, que redefinió la confianza en los pagos.
La era de la rapidez y la comodidad
El siglo XX cambió la forma en que entendemos el dinero. En 1950, la tarjeta de crédito Diners Club abrió la puerta a un sistema más ágil, seguido de las tarjetas bancarias, los cajeros automáticos y los TPVs en comercios. Las transferencias bancarias hicieron que enviar dinero al otro lado del mundo fuese cuestión de días, no de meses.
Y con la llegada de internet, los pagos dieron otro salto: nacieron PayPal, Bizum, wallets digitales como Apple Pay o Google Pay y los pagos contactless, que hoy nos parecen imprescindibles. El objetivo siempre ha sido el mismo: hacer el proceso más rápido, cómodo y seguro.
El futuro ya está aquí: Frekuent
Hoy vivimos un nuevo capítulo en esta larga historia. Los pagos ya no son solo una transacción: forman parte de la experiencia de compra. Y es en este contexto donde nace Frekuent, la solución que combina pagos y fidelización en una sola plataforma.
Con Frekuent, pagar es más fácil y seguro, pero además cada transacción se convierte en una oportunidad de ahorrar y recibir recompensas. Así, el futuro de los pagos ya no es algo que está por venir: está en tu bolsillo, listo para transformar la manera en que compras y te relacionas con las marcas.
La evolución de los métodos de pago refleja nuestro deseo constante de mejorar. Pasamos del trueque y las conchas marinas, a monedas y billetes, a tarjetas y pagos móviles. Y hoy, con Frekuent, damos un paso más. Descubre cómo Frekuent puede transformar tus pagos en recompensas.
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